De acuerdo al Ministerio de Salud, 19 son los tipos de anticonceptivos disponibles para mujeres y hombres en el país, siendo el método hormonal el más popular dentro de la población femenina. Las clásicas “pastillas anticonceptivas” son consumidas por el 71% de las mujeres porque entre sus principales atributos está la alta efectividad y la casi nula tasa de fallos cuando se utilizan correctamente (en torno al 0.2%).
Sin embargo, pocas son las mujeres que conocen que parte de estos posibles fallos pueden deberse a interacciones con otros medicamentos e, incluso, con algunos alimentos. “Ningún alimento, por natural que sea, es inocuo. Ellos también producen interacciones químicas que podrían afectar la eficacia de medicamentos como los anticonceptivos hormonales. Asimismo, las pastillas también pueden causar déficit de algunos micronutrientes en nuestro organismo”, señala Paula Molina, química farmacéutica de Farmacias Ahumada.
Por ejemplo, en algunas partes del mundo se ha hecho popular la creencia respecto a que el exceso de jugo de pomelo podría aumentar la probabilidad de algún fallo en este método y no estaría tan errada. “Los cítricos disminuyen la descomposición del estrógeno en el cuerpo, lo que sí aumentaría la posibilidad de experimentar algunos de los efectos secundarios de los anticonceptivos como el dolor de mamas o la generación de coágulos en la sangre”, indica la facultativa.
El carbón activado sería otra de las sustancias que debemos considerar. Actualmente, no sólo se encuentra en productos cosméticos, sino también incorporado a cafés, helados y hasta en suplementos para bajar de peso. Y aun cuando es utilizado en medicina para atrapar y absorber toxinas en el intestino, también lo hace con nutrientes y otros compuestos activos como los medicamentos. Para Molina, “la utilización de este mineral en comidas o suplementos ha resultado contraproducente ya que se ha constatado que puede contrarrestar los efectos de fármacos como los anticonceptivos, además de producir desequilibrios nutricionales”.
Las hierbas también son productos que ocasionarían una disminución en la eficacia de la píldora. Convengamos que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), agencia norteamericana encargada de la regulación de estos productos, no regula la seguridad y eficacia de las hierbas que se comercializan en diferentes formatos. Esto también se vive en nuestro país, lo que dificulta que los pacientes entiendan cómo éstas pueden interactuar con los medicamentos que se consumen.
“En muchos lugares, la hierba de San Juan es utilizada para problemas o trastornos del estado de ánimo, pero su interacción puede reducir y hasta suprimir el efecto de los anticonceptivos”, destaca la farmacéutica. Asimismo, incluye los problemas que las infusiones detox o laxantes generan con estos medicamentos. “En algunos casos, estos productos causan diarreas, imposibilitando la absorción de cualquier sustancia en el organismo, incluidos los anticonceptivos”, recalca.
Deficiencias nutricionales
Ahora bien, estudios señalan que la ingesta prolongada de anticonceptivos hormonales podría causar deficiencias nutricionales. Algunas vitaminas del grupo B y el ácido fólico estarían entre ellas. En el caso de la vitamina B6, su déficit podría ocasionar irritabilidad, depresión e insomnio, junto con trastornos en la piel como dermatitis seborreica, caída del cabello y erupciones. Por su parte, la reducción de la vitamina B12 generaría cansancio permanente, poca tolerancia a los esfuerzos físicos y hasta anemia. La deficiencia de ácido fólico provocaría diarreas, pérdida del apetito, dolores de cabeza y taquicardia, entre otras.
Por eso, Molina es enfática respecto a la importancia de que este método –así como la ingesta de cualquier tipo de fármaco- siempre sea prescrito y controlado por un médico especialista. “En Chile, muchas mujeres comienzan a utilizar este método sin la evaluación previa, sólo porque a una prima o a una amiga le funcionó, causando riesgos innecesarios para su bienestar. Es clave que todas las mujeres sean conscientes de estos efectos, con el fin de crear una población informada y responsable respecto a su sexualidad y formas de control natal”, finaliza.