Uno de los temas que más preocupa a la comunidad sigue siendo la salud mental aparejada a la crisis sanitaria. Ya en abril de 2021, un estudio liderado por la Universidad Católica y la AChS, informaba que un 23,6% de los chilenos presentaba sospechas o problemas de salud mental y, el 45,9% evaluaba que su estado anímico era peor que antes de iniciar la pandemia, mientras que en la región, se reforzaba el trabajo de los equipos de salud mental de la Red Asistencial y el Hospital Regional de Rancagua (HRR), se adaptaba rápido a los cambios que conllevaba la crisis de ese momento, perfeccionando su perspectiva de trabajo para optimizar y atender eficientemente a los pacientes en los distintos ámbitos. Fue así que se pudo observar en el tiempo, cuáles eran -y perseveran hasta hoy- los síntomas y alteraciones emocionales asociadas a la enfermedad por el nuevo coronavirus, asistidas en el establecimiento.
“Hemos venido observando en atención ambulatoria, la manifestación emergente de estados asociados a la incertidumbre y el temor que genera el riesgo de contagiarse de Covid-19, siendo la ansiedad y cambios en el ánimo las más recurrentes” expresó Paula Antileo, coordinadora de dispositivos de atención ambulatoria del Servicio de Salud Mental y Psiquiatría del Hospital Regional de Rancagua.
“La angustia como crisis sumada a la ansiedad y cambios anímicos también ha estado de manera intermitente desde que empezó la pandemia, evidenciándose como sintomatología que arriesga la ocurrencia de trastornos depresivos y otros si no se interviene a tiempo, presente de manera exacerbada en pacientes ya tratados por diversos diagnósticos en nuestras dependencias, como lo indica la Unidad de Hospitalización de cuidados intensivos en Psiquiatría (UHCIP) del HRR, lo que ha obligado que reformulemos nuestro enfoque de trabajo que puntualizaba el carácter comunitario, contemplando la familia y el entorno cercano de la persona afectada por uno de atención individual, que aun cuando mantiene su mirada colectiva ha tenido que aceptar las limitaciones de la pandemia y apoyarse de la telemedicina, con asistencia presencial de acuerdo a la particularidad del caso”, manifestó Antileo.
Por otra parte, la coordinadora del HRR expresó que, “el contexto de pandemia actual con las nuevas variantes del virus circulando, la comunicación mediática masiva respecto a los contagios, fallecimientos, secuelas de la infección, restricciones, incluso el estrés generado por la percepción del costo de la vida, han sido factores que han llevado a visibilizar tanto la angustia como la ansiedad en nuestras atenciones igualmente”.
“El impacto del COVID-19 en la salud mental ha sido innegable” sostuvo la profesional del Hospital Regional, abordando con lo anterior, los efectos del virus en la sociedad y los pacientes que han llegado hasta el centro de salud que, como establece el Documento para Mesa Social Covid-19 de 2020 que puntualiza la salud mental en situación de pandemia, son consecuencias variadas, yendo desde la manifestación de miedo, rabia, negacionismo y agresividad a efectos patológicos con trastornos adaptativos, de ánimo y estrés agudo, avanzando en aquellos de creciente magnitud, de acuerdo al tiempo de distanciamiento social físico, con incidencia en lo personal, familiar, comunitario e institucional, inmiscuyéndose en dimensiones como la salud y sobrevivencia, sumando la capacidad de desenvolverse en la vida cotidiana.
Finalizando Antileo, subrayó que “pese a la recurrencia de estos síntomas que pueden llevar a trastornos depresivos y otros, se debe adquirir una actitud positiva, hablar de qué pasa emocionalmente, buscar espacios de relajo. Si se siente superado ante la situación que experimenta, acudir a un profesional oportunamente. Como dice la UHCIP del HRR, propiciar tiempos de ocio saludables, realizar deporte, establecer tiempos compartidos con la familia y mantener una rutina diaria equilibrada”.