La labor del Programa de Control de Infecciones (PCI) de los distintos establecimientos de salud de la Región tuvo un rol muy importante durante la pandemia de COVID-19 que ha vivido el país. En ello, el Hospital de Pichilemu no ha estado ajeno a esa realidad, donde el trabajo desarrollado por la encargada de IAAS, la enfermera Andrea Aranda, junto a los distintos equipos, fue fundamental para enfrentar los nuevos desafíos.
“Se debieron hacer muchas gestiones, mucho trabajo en equipos, muchas capacitaciones, mucha supervisión y también tuvimos que actualizar todas las medidas que se realizaban hasta la fecha, en base a la evidencia científica, porque estábamos frente a un virus nuevo con un comportamiento muy agresivo y que tenía a todos los equipos sorprendidos cada día, además que los equipos y los funcionarios estaban preocupados de hacer lo correcto y de no enfermarse ni ellos ni sus familias y confiaban en un 100 por ciento en las decisiones que se tomaran con respecto a IAAS”, explicó la enfermera.
Asimismo, destacó la unión en el trabajo realizado por los enfermeros y enfermeras de la región, con quienes intercambiaban información respecto de lo que se iba recibiendo “quiero agradecer especialmente a las colegas de los hospitales de mayor complejidad que nos estuvieron siempre guiando a los hospitales de baja complejidad, siempre hubo un apoyo permanente de las colegas, a medida que ellas iban actualizando la información. Me siento orgullosa de todas las enfermeras que trabajamos en la pandemia, creo que trabajamos con una tremenda vocación para sacar adelante la salud de muchas personas de la región y también de nuestro país”.
Andrea Aranda se emociona al recordar los momentos pasados en estos últimos dos años “para mí fue un tremendo desafío, tuvimos que tomar grandes decisiones en cada hospital y hasta la fecha siento que IAAS está ocupando un lugar muy importante, que espero se mantenga, porque los equipos y la población en general asimilaron cosas tan simples como el lavado de manos correcto, que antes como equipo corregíamos y supervisábamos en forma permanente”.
“Todavía estamos en proceso, pero siento que los equipos nos hemos afiatado y los programas de control de infecciones nos hemos actualizado, hemos aprendido y creo que, como toda experiencia, aunque fue negativa hay que sacar lo positivo de eso y es el aprendizaje que logramos con esta pandemia”, concluye Andrea Aranda.